Conocí la marca hace muchos años, descubrí las ventas presenciales y fui un par de veces. Pero no fue hasta la pandemia que, para mí, pasó de ser una tienda de ropa, a una comunidad.
Además de comprar prendas onderas a buen precio, contribuir con la economía circular y poder darle vida útil a las pilchas, lo que más rescato y valoro es la hermosa comunidad... Eso para mí es más importante. Porque cualquiera puede vender ropa, pero las chicas que he conocido, las amistades que han crecido y el punto en que la Chepa y la Marta llegan a conocernos como clientas, es impagable.
- Gaba Armijo @gaba_armijo